Ingredientes:
– 400 gr de espinacas (frescas o congeladas)
– 300 ml de bechamel espesa
– 2 ó 3 peras
– Piñones
– Pan rallado
– Harina de garbanzos
– Aceite de oliva virgen
– Pimienta negra
– Sal
Preparación:
Limpiamos las espinacas si son frescas. Las cocemos en agua con sal hasta que estén blandas, escurrimos bien y reservamos.
Pelamos las peras y las cocemos unos minutos. En el microondas se hacen muy rápido.
Doramos un puñado de piñones en una sartén con unas gotitas de aceite. Añadimos la pera cocida y machacada con un tenedor, y las espinacas, y rehogamos unos minutos. Corregimos de sal y espolvoreamos un poco de pimienta negra molida.
Mientras, preparamos una bechamel, que en este caso debemos dejar cocer al fuego un rato, para que espese.
Unimos la bechamel a las espinacas y mezclamos bien. Dejamos enfriar, incluso en el frigorífico unas horas, y podemos disponernos a formar las croquetas: con una cuchara grande, vamos cogiendo porciones, que irás pasando primero por una mezcla de harina de garbanzos disuelta en agua (hasta tener textura de huevo batido), y luego por pan rallado. Manipulalas hasta darles la forma que desees. Déjalas reposar así, un par de minutos antes de freir, ya que al airearse un poco esta cobertura se seca y endurece ligeramente, lo cual ayuda a que no se deshagan al freirlas.
Preparamos una sartén con abundante aceite bien caliente, y vamos friéndolas, sin echar muchas a la vez, ya que el aceite se enfriaría demasiado.
Vamos poniéndolas encima de un papel de cocina, que empape el exceso de grasa. Sirve acompañadas de una buena ensalada.
