La cena es la última comida del día y no menos importante por ello. Es conveniente que seamos consecuentes con lo que comemos puesto que puede repercutir en nuestra salud. A continuación os indicaré algunos consejos que creo que os pueden ayudar si queréis llevar una alimentación saludable y equilibrada.
Como ya sabéis, cada vez que comemos hemos de hacerlo añadiendo a nuestros platos hidratos de carbono, proteínas y grasas. Para cenar lo más conveniente es reducir la ingesta de hidratos y grasas, así como priorizar las proteínas. Esto se debe a que las proteínas no son una fuente concentrada de calorías, no se concentra en el organismo como los hidratos y las grasas, pero nos sacia.
Además no es conveniente hacer cenas copiosas porque nuestro organismo estará centrado en la función de digestión, con lo cual nos será más difícil conciliar el sueño. Las calorías absorbidas no serán quemadas y esto puede llevar un aumento de peso si lo hacemos de forma continuada. Lo más adecuado es que la cena no aporte más del 20% de las calorías del día.
En cuanto a los hidratos de carbono, hemos de priorizar aquellos con un bajo índice glucémico como las frutas y las verduras, aunque también podríamos añadir a esta serie el arroz integral y las legumbres. Las grasas han de ser de buena calidad, podemos utilizar aceite de oliva, aceitunas, frutos secos, aguacate, semillas, etc.
Cuidado con las bebidas, lo mejor es el agua o bebidas sin azúcar. Aquellas personas que les gusta el alcohol, recomiendo que se beba con moderación.
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