Es muy socorrido para cuando no sabes que hacer para comer, cenar o acompañar una carne o pescado, además te sirve de primer plato o de guarnición, e incluso de plato único para una cena. El machacón de tomate siempre es una buena solución para todo momento.
Se trata de un plato muy fresquito, y va muy bien para los días de verano en los que no te apetece cocinar nada, solo tomar algo rápido y muy, muy frío. Y lo más importante es que, según lo hace mi madre, que no es porque sea mía, pero a mi me encanta porque le sale divinamente. El machacón de tomate al estilo de mi madre es uno de mis más recurrentes platos ¡y de los favoritos!
Ingredientes (para 4 personas):
- 8 tomates de tamaño medio y maduros.
- Medio pimiento verde.
- 2 o 3 dientes de ajo machacado en el mortero.
- Un poquito de sal.
- Un poquito de aceite.
Preparación:
- Pelamos y picamos los tomate en trozos pequeños, y los ponemos en una fuente.
- Picamos muy menudo el pimiento verde y lo añadimos al tomate.
- En el mortero, machacamos los dientes de ajo con una poquita de sal gorda, la sal, siempre, al gusto.
- Y por último, añadir aceite al gusto y ajustar el punto de sal.
Es recomendable servirlo muy frío, así que te recomiendo que lo guardes en la nevera unos minutos después de su preparación y antes de su degustación. El resultado de este machacón de tomate es una especie de gazpacho andaluz pero más sólido. Luego, en función del punto de maduración de los tomates y de la cantidad de aceite que le eches, el resultado también puede variar.
Es más, aunque lo puedes tomar directamente como si de una sopa o ensalada (depende de la consistencia del machacón de tomate), también puedes ponerlo sobre unas rebanadas de pan y usarlo como canapé para cuando se tienen visitas en casa. ¡Verás como se chupan los dedos los invitados!
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