La primera semana de Agosto fue la «Semana Mundial de la Lactancia Materna». La OMS (Organización Mundial de la Salud) promovió esta práctica puesto que conlleva varios beneficios para el bebé y para la mamá. Numerosos estudios confirman que tan solo un tercio de los bebés de todo el mundo reciben lactancia los seis primeros meses.
El calastro es la primera leche que produce la madre después del parto, ésta protege al bebé de infecciones gastrointestinales, de ciertas enfermedades y además es un laxante natural que puede ayudar al niño, puesto que como ya sabéis los primeros días tiene dificultad para defecar.
Esta leche, como he dicho anteriormente, no solo beneficia al bebé sino también a la madre ya que reduce el riesgo de cáncer de mama, disminuye la hemorragia posparto, la anemia y la mortalidad materna. Aunque lo cierto es que no hay investigaciones que demuestren que se reduce el riesgo de alergias ni otras enfermedades. Pero tampoco hay muestra alguna de que la lactancia materna sea algo perjudicial para el bebé.
La OMS desaconseja el uso de leche artificial puesto que no posee los anticuerpos que tiene la leche materna, aún más, esta leche es perjudicial en países subdesarrollados donde el agua está en pésimas condiciones, la leche se prepara con agua, por tanto ésta puede ser insalubre.
En cuanto a aquellas madres infectadas por el VIH, si se utiliza el tratamiento antirretrovírico conjuntamente con la lactancia materna se observa una mayor probabilidad de supervivencia del bebé, sin ser afectado por el VIH.
Imagen: blog.elembarazo
