El hígado de pollo es un alimento de consumo frecuente para muchas culturas y ampliamente reconocido por su valor nutricional. No es para menos, ya contiene una cantidad excepcional de vitaminas, prácticamente todas las de los complejos correspondientes a la vitamina B (B12, B3, B6, etc.). También, como su color rojo nos indica, contiene un elevado porcentaje de hierro, el cual es vital el desarrollo de niños y para la prevención de la anemia, entre otras cosas. Es una importante fuente de energía, bajo en grasas y contiene también una presencia importante de yodo y diversos minerales más.
Para esta deliciosa receta, necesitaremos los siguientes ingredientes, fáciles de conseguir:
-1/2 Kg de hígados de pollo
-3 cucharadas de mantequilla
-1 cucharadita de sal
-2 cucharaditas de tomillo
-1/4 de cucharadita de pimienta
-aceite para freír
-harina
-2 huevos, ligeramente batidos
-1 ½ taza de pan rallado
-un poco de mostaza
Para preparar las brochetas, primero que nada, hay que recortar los hígados en trozos pequeños (aprox. de un centímetro), para ponerlos a freír con la mantequilla, hasta que nuestros trozos de hígado se tornen de color grisáceo (esto lleva aprox. unos 10 minutos), sin dejar de remover. Después, se ponen a escurrir y se les espolvorea la sal, el tomillo y la pimienta. Una vez que se enfríen, se ponen a refrigerar.
Después, se pone a calentar una cantidad suficiente de aceite en una sartén, para ir colocando los hígados, previamente rociados de harina. Se colocan los hígados en brochetas (5 aprox. por brocheta) y se sumergen en huevo y después en el pan rallado. El aceite debe ser suficiente como para cubrir la mitad de las brochetas, y se deben poner a freír por aprox. un minuto por lado, nada más. Una vez queden fritos, están listos para servir; úntelos con mostaza y listo. NOTA: ½ Kg de hígados rinde para aproximadamente 8 o 12 brochetas.