Aprende a conservar la miel de forma adecuada

La miel es uno de los alimentos más saludables que podemos consumir las personas. Está compuesta, principalmente, de azúcar y agua, además de otros nutrientes que aportan muchos beneficios al organismo. Una variación debida a malas prácticas en la naturaleza de estos elementos, determina la estabilidad de la miel y sus posibilidades de conservación en el tiempo.

Elegir una miel de calidad

conservar miel

Como ya hemos dicho, el agua es fundamental en la miel, desempeñando un papel fundamental en el desarrollo de microorganismos y levaduras que pueden degradar el producto. Debido a esto, los apicultores deben tomar las medidas necesarias para no cosechar la miel demasiado húmeda. En muchos casos, las mieles industriales se pasteurizan para dar solución a este problema, peo esto provoca degradar sus gustos y beneficios.

Cómo conservar la miel

Veamos a continuación las mejores formas de conservar la miel.

Para mieles cristalizadas (miel sólida)

La miel cristalizada no tolera demasiada temperatura (no más de 20 grados), ya que puede causar el colapso de su estructura cristalina (cambio de fase). Por lo tanto, debe ser almacenada (dos años como máximo) en un lugar donde la temperatura no exceda los 20 grados.

La miel cristalizada puede ser almacenada en la bodega como un buen vino, siempre y cuando no esté demasiado húmeda y las tapas estén perfectamente selladas.

Para las mieles líquidas

La temperatura de almacenamiento deseable es de unos 25°C para ralentizar su cristalización.

Sin embargo, debería consumirse más rápidamente (en un plazo de 6 meses).

Cuando el tarro de miel se guarda en un armario alejado de la luz, la legislación española prevé una conservación de dos años, aunque haya sido abierto. Como la miel tiene antibióticos naturales, es un alimento muy estable. Después de un tiempo puede sufrir transformaciones. Si era líquida, la miel puede volverse más sólida. La apariencia cambiará, el sabor puede cambiar también. El sabor no será el mismo con la miel que se ha abierto durante mucho tiempo.

Las mieles que provienen de las flores de los árboles son líquidas y las mieles de las flores silvestres son sólidas, pero todas las mieles se cristalizarán después de un tiempo. Y es la relación fructosa/glucosa la que induce el aspecto líquido o sólido. Algunas mieles se mantienen líquidas durante mucho tiempo y otras se cristalizan enseguida.

¿Se puede congelar?

En el caso de congelar la miel, esta perderá muchas de sus propiedades, especialmente sus vitaminas y enzimas. Además, no tiene sentido congelarla ya que esta perdura mucho tiempo sin ponerse mala.

Desde el punto de vista de la alimentación, un tarro de miel puede conservarse durante dos años. Pero terapéuticamente, para que la miel conserve sus propiedades, debe mantenerse alejada de la humedad y el calor y especialmente de la radiación UV. Así que deben ser guardados en el armario. No se debería dejar el tarro de miel en la cocina a la luz.

El HMF, indicador de edad

El paso del tiempo no hace que la miel sea mejor. Para estudiar su degradación, los químicos han inventado un indicador derivado del estudio de la degradación de la fructosa: el HMF. Este producto va apareciendo poco a poco a mediad que la miel envejece.

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