Andaba mucho tiempo detrás de esta sencilla receta, prácticamente no lleva casi nada pero tengo que decir que esta riquísima yo la pude de entrante pero también la puedes poner como un primero o incluso para picotear acompañando una caña fresquita.
Ingredientes (para dos personas)
½ kg de almejas
5 dientes de ajo medianos
un puñado de perejil fresco picado
½ vaso de vino
4 cucharadas de aceite de oliva
una pizca de colorante
1 cucharadita de harina
sal y pimienta negra recién molida
Preparación:
Lo primero y mas importante es lavar muy bien las almejas yo os recomiendo que las metáis en agua con sal durante toda la noche y al día siguiente las volvéis a cambiar el agua cogiendo las almejas con las manos para que se quede en el cuenco toda el agua y la arena que han soltado.
Yo incluso después de sacarlas del agua las lavo debajo del grifo una a una, ya que odio que al comer nos rechinen los dientes de la dichosa arena.
Bueno pues una vez tenemos las almejas bien limpias las ponemos en una sartén caliente con una poquito de aceite y chorreón de limón.
Picamos el ajo muy fino y si tenéis prensa ajos mucho mejor, picamos el perejil y lo ponemos en una sartén con 4 cucharaditas de aceite. Sofreímos primero el ajo y seguidamente añadimos el perejil y el vino una cucharadita de harina para que la salsa ligue un pelin y añadimos una pizca de colorante sal y pimienta negra y dejamos reducir un ratin.
Una vez tengamos la salsa lista la vertemos encima de la almejas que las teníamos en la otra sartén y las que deberán estar ya abiertas. Las movemos un poco para que todas cojan el sabor y las dejamos a fuego lento cocer un poco si vemos que la salsa casi no tiene caldo añadimos un poco de agua.
Este plato se puede hacer de un día para otro incluso te diría que esta mucho mas rico ya que las almejas habrán cogido mas el sabor.