¿Cuál es la dieta perfecta según la ciencia?

Una buena alimentación es imprescindible para mantener un buen estado de salud, eso es incuestionable, como también lo es el hecho de que solo con la dieta no se van a conseguir resultados si se quiere ir más allá, de modo que hay que combinar este hábito con otras prácticas saludables como el ejercicio físico periódico y un estilo de vida activo así como un buen descanso.

Con respecto a la dieta, que es un elemento clave para prevenir muchas enfermedades, se dice habitualmente que la dieta mediterránea es una de las más sanas del mundo. No le falta razón a esa afirmación, pero solo es correcta si acudimos a la dieta mediterránea tradicional, la basada en frutas y verduras, legumbres, frutos secos, pescados, productos de temporada y de cercanía y poca ingesta de grasas saturadas.

En todo el arco mediterráneo, tanto el norte de África como el sur de Europa, existen buenas prácticas alimenticias, y un factor muy importante en este fenómeno es el uso de aceite de oliva como grasa principal para cocinar, que es más saludable que por ejemplo la mantequilla o la margarina. Ese, por ejemplo, podía ser uno de los grandes consejos para tu dieta, si lo que quieres es gozar de buena salud.

No obstante, hay muchos más que son interesantes, e incluso una dieta o un tipo de régimen que es el más saludable según la ciencia. ¿Quieres conocerlo?

Una alimentación más equilibrada y menos desperdicio de alimentos

La revista médica The Lancet publicó en 2019 un estudio elaborado durante tres años en el que indicaba cuáles han de ser los hábitos alimenticios a adquirir para gozar de buena salud y permitir también con ello un respiro a la producción planetaria de comida.

En el estudio se analizan no solo los aspectos puramente alimenticios, sino también la situación global de la salud ciudadana, el medio ambiente, la gobernanza sociopolítica. Una de las conclusiones más destacadas es que existen actualmente más de 3.000 millones de personas en el mundo que tienen una alimentación excesiva o escasa – incorrecta por exceso o por defecto –.

Al tiempo que sucede se lleva a cabo un nivel de producción de alimentos superior a la capacidad de cara del planeta, lo que implica pérdida de biodiversidad, un agravamiento del calentamiento global y el cambio climático y mayor contaminación de los suelos cultivables por el abuso de fertilizantes.

Estos indicadores afectan a todo el planeta, tanto a países con mayor carencia de alimentos, aquellos que sufren hambrunas periódicas, como a los de mayor calidad de vida generalizada.

¿Cómo alcanzar un equilibrio entre buena alimentación y explotación sostenible de recursos?

El estudio publicado en The Lancet señala que la vía para que todos los habitantes del planeta podamos comer de manera adecuada sin perjudicar la extracción de recursos naturales pasa por: reducir el consumo de carnes rojas y azúcar y duplicar la ingesta de frutas, verduras y legumbres, es decir, favorecer la dieta vegetariana.

Además, las industrias agrícola y ganadera deben buscar fórmulas para disminuir la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera y limitar el uso de agua, así como no convertir más espacios naturales en cultivos.

Todo esto, por supuesto, ha de acompañarse de una mayor conciencia de ahorro de alimentos, lo que conlleva hacer partícipes a industrias y consumidores de la necesidad de evitar el desperdicio alimenticio al menos en un 50%.

¿Cuál es la dieta perfecta según la ciencia?

En el estudio publicado en The Lancet participaron 37 científicos internacionales y en él proponen una dieta genérica de unas 2.500 kcal al día con una ingesta de 1.234 gramos de comida.

En esta dieta, la leche y los lácteos comportan 250 gramos, a los que siguen 232 gramos de cereales. Las proteínas, que es el nutriente de mayor relevancia, ha de estar compuesto principalmente por legumbres y frutos secos (75 y 50 gramos respectivamente), seguido de carne de ave y pescado (29 y 28 gramos), con una ingesta muy moderada de carnes rojas (14 gramos de ternera, cordero y cerdo). A esto se suman los hidratos (50 gramos de patatas y yuca), 52 gramos de grasas saludables, 31 gramos de azúcares, 300 gramos de verduras y 200 de frutas.

Mediante esta dieta se podrían evitar más de 10 millones de muertes prematuras al año. Este esquema alimenticio está pensado para mejorar la ingesta de la mayoría de nutrientes esenciales y solo es una recomendación general, pues más allá de esas indicaciones, la dieta diaria hay que habituarla a las particularidades de cada persona: localización geográfica, alimentos disponibles, productos de temporada, impacto ambiental, etc.

Tim Lang, uno de los responsables del informe y que es profesor de la Universidad de Londres, sostiene que la comida que comemos y cómo la producimos determina nuestra propia salud y la del planeta, y los modos actuales llevan a un agravamiento de ambas, por lo que hay que ponerle solución a esta situación.

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