La diseñadora Meghan Burch ha creado un frutero que no tiene nada de convencional. Se trata de una pieza de tela, con dos caras diferentes, cortada y cosida a mano, y realizada en fieltro.
Una de las caras está estampada y la otra es lisa, y todas son reversibles. Han sido diseñados en diferentes tamaños como fruteros pero realmente también pueden servir como recibipiente para guardar más cosas, dulces, caramelos, incluso hilos o cualquier otro objeto que no pertenezca a la cocina.
Su precio es de 34 dólares (28,83 €) y se puede adquirir a través de webs como Etsy.