En el pintoresco enclave de Arcos de la Frontera, la Bodega Regantío Viejo se alza como un referente del vino andaluz gracias a sus viñas centenarias y a un riguroso proceso de elaboración que prioriza la calidad sobre la cantidad. Desde 2018, bajo la dirección de la familia Naranjo Ortiz, la bodega ha experimentado una profunda transformación que, sin embargo, ha preservado su esencia: la riqueza de su tierra y la excelencia de sus uvas.
Los viñedos de Regantío Viejo, considerados entre los más antiguos de la región, ofrecen una materia prima extraordinaria que se refleja en la limitada producción de la bodega. Con una cosecha que no supera las 35,000 botellas por año, la exclusividad se ha convertido en el sello distintivo de sus vinos. Las uvas Syrah y Merlot dominan el espectro de sus variedades, mientras que un viñedo de colección, con 47 tipos diferentes, enriquece aún más la oferta de la bodega.
La bodega mantiene una filosofía enraizada en la sostenibilidad, integrando prácticas como la utilización de cubiertas vegetales, la inclusión de ganadería en el entorno de los viñedos y la eliminación de productos químicos. Estas medidas buscan no solo preservar la autenticidad del producto, sino también consolidar a Cádiz como un epicentro de vinos de calidad superior.
Entre las joyas de su producción, destacan los vinos tintos Relicta y Duo Vites, junto con los blancos Junus e Ignotus. La estética de sus etiquetas evoca la Antigüedad clásica, con mascarones que simbolizan las distintas personalidades de cada vino. Duo Vites, por ejemplo, ofrece un equilibrio perfecto entre la complejidad y la sencillez, caracterizado por sus aromas especiados y notas de fruta roja. Relicta se distingue por su intensidad y el delicado toque del roble francés.
Ignotus, por su parte, es una rareza exquisita que combina más de veinte uvas en una limitada y numerada producción de solo dos barricas anuales. Este vino se ha convertido en un objeto de deseo para los amantes de los caldos insólitos y coleccionables. Por otro lado, Junus Blanco captura la esencia del territorio andaluz con su base predominante de Palomino del Pago Macharnudo y su crianza especial en botas envinadas con olorosos y amontillados.
La Bodega Regantío Viejo no solo preserva el legado de sus viñedos antiguos, sino que también representa un compromiso con la innovación y el respeto por la tierra. Su enfoque meticuloso y apasionado hacia la viticultura ha transformado a esta bodega en un rincón donde la tradición y la modernidad se conjugan para ofrecer vinos que cuentan historias, capturando la esencia de un terroir único en cada botella.