La evidencia científica actual indica que el consumo moderado de cerveza en adultos, tiene beneficios, pero hay una amplia variedad y heterogeneidad en las medidas que se emplean para estos estudios (gramos de alcohol, unidades, etc.) que hacen difícil establecer la cantidad precisa de cerveza para obtener dichos beneficios. Ante tantas metodologías, un grupo de investigadores españoles elaboró un documento titulado “Consumo moderado de cerveza y sus efectos en la salud cardiovascular y metabólica: una revisión actualizada de la evidencia científica reciente”, aparecido recientemente en la revista Nutrients.
Según la revisión, el consumo moderado del alcohol de 196 g/semana (28 g/día o 700 ml de cerveza diarias aproximadamente) para hombres y 112 g/semana (16 g/día o aproximadamente 400 mlde cerveza al día) para mujeres está asociado con beneficios en el estado de salud. Pero, hay que tener en cuenta que las cantidades recomendadas tiene que distribuirse a lo largo de los días, y no presentarse en forma de episodios de consumo excesivo (también llamados atracones, como cuando se trata de alimento).
Los beneficios del consumo moderado de cerveza, mayores dentro de la Dieta Mediterránea
El artículo indica que los datos disponibles sugieren que el consumo moderado de cerveza está asociado con menores riesgos cardiovasculares, algo similar al vino. Para otros efectos sobre el estado de salud, como la obesidad general o abdominal, un estudio reciente apunta a que el consumo moderado de cerveza tradicional o sin alcohol, no aumenta el peso corporal en individuos obesos. Y por otra parte, el consumo moderado de cerveza está asociado a una disminución del riesgo de diabetes en hombres y un aumento en la densidad de masa ósea, reduciendo así el riesgo de fractura en ancianos.
Otros beneficios para la salud asociados al consumo moderado de cerveza están condicionados por características socioeconómicas y/o de dieta y estilo de vida general. La denominada Dieta Mediterránea, asociada históricamente a una alta esperanza de vida y bajas tasas de enfermedad cardiovascular, es uno de los ejemplos más notorios, ya que está caracterizada por alto consumo de alimentos frescos, bajo consumo de grasas animales y de bajo a moderado consumo de vino o cerveza, generalmente con comidas.
Es más, la pirámide alimentaria de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria refleja la Dieta Mediterránea e incluye el consumo opcional, ocasional y moderado de bebidas fermentadas (vino, cerveza y sidra), siempre enlazado a un consumo moderado durante las comidas.
“En conclusión, consideramos que una ingesta aproximada deuna cerveza al día para las mujeres (sobre 400 ml) y una o dos para los hombres (aproximadamente 700 ml) podría definirse como un consumo moderado de cerveza, siempre que dicho consumo se distribuya a lo largo de la semana, sin «atracones» y en el contexto de la hora de las comidas, como es costumbre en los países mediterráneos”, explica la doctora Ascensión Marcos, directora del grupo de Inmunonutrición del Departamento de Metabolismo y Nutrición del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN) del CSIC, y una de las responsables de esta revisión. “El consumo moderado de cerveza reduce el riesgo cardiovascular y la mortalidad general. Además, disminuye el riesgo de diabetes en los hombres, aumenta la densidad de la masa ósea, disminuye el riesgo de fractura en los ancianos y no parece estar asociado con la obesidad general o abdominal”.
Es importante resaltar que los posibles efectos beneficiosos de la cerveza se observan únicamente cuando el consumo es moderado y responsable, por parte de adultos sanos, en el marco de una alimentación sana y equilibrada. Además, si se están tomando medicamentos, si se va a conducir, y en el caso de las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, se debe optar por una cerveza sin alcohol.