Dentro de la repostería, la manzana es uno de los ingredientes más versátiles que nos podemos encontrar. Son muchas la variedades, cada una con características propias. De esta forma las podemos encontrar jugosas, dulces, crujientes e incluso ligeramente picantes. Con ellas se puede hacer bizcochos, tartas o simplemente asarlas y acompañarlas de nata o helado. Lo mejor de todo, es que se trata de una fruta que está presente todo el año.
Pero si hubiera que destacar un postre realizado con esta fruta, sin duda todo el mundo pensaría en la tarta de manzana. Tal es su éxito, que el día 3 de marzo se celebra el Día Mundial de esta tarta.
Una fruta muy pastelera
Hay varias razones por las que la manzana podría considerarse como la fruta pastelera por excelencia, en primer lugar, porque aguanta muy bien el calor, pero también porque su sabor combina con muchos ingredientes y al mismo tiempo tiene el equilibrio perfecto entre humedad y textura. Además hay tantas variedades que siempre podemos encontrar en alguna el matiz necesario para cada plato. Se calcula que actualmente hay unos 7.500 tipos de manzana y se cultiva prácticamente en todo el planeta. Algunas variedades funcionan mejor en crudo, por ejemplo la Fuji, que es jugosa y crujiente, mientras que otras son perfectas para hacer asadas por su punto de acidez, como es el caso de la manzana Reineta.
Aunque no se sabe con exactitud dónde ni cuándo nació la tarta de manzana, la mayoría de los expertos coinciden en que ya en el siglo XVI era un plato relativamente popular en Centroeuropa y las Islas Británicas. Desde allí viajó al resto de Europa y a sus colonias. La facilidad del cultivo de esta fruta, la sencillez de su preparación y la gran actividad comercial de la época propició que, en relativamente pocos años, la tarta de manzana fuera conocida en todo el globo.
La que preparan en Vanille Bakery Lab es la tarta clásica, que consiste básicamente en una masa crujiente sobre la que se colocan capas de manzana en láminas, mantequilla, canela y azúcar, posteriormente la hornean y listo. Es increíble que con algo tan aparentemente simple se consiga un resultado tan extraordinario. Como sugerencia de degustación, en Vanille Bakery Lab nos sugieren servirla acompañada de un buen helado de nata o vainilla, que acompañe sin opacar los matices y sabores de una tarta tan clásica como universal.